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viernes, 17 de octubre de 2014

Ayer te ví.

Ahí estaba, como un portal a otra dimensión, la ventana del 8º piso.
Me gusta apoyarme en la ventana y mirar la parte interna de los edificios, esa que no se ve desde la calle. Y como nunca viví en edificio, no tuve ese paisaje, tan común para muchos. Entonces para mi es exótico.
Me gusta mirar el pedacito de cielo que aparece entre las cosas que veo. También me gusta mirar por las ventanitas. No es de chusma, no se, me copa imaginar que en cada cuadradito hay una historia, una vida. También pienso que puedo ver un asesinato en vivo. Cualquiera, ya sé.
De repente me pareció verte, en uno de esos mini portales a otra dimensión. "no puede ser", pensé, y miré para otro lado como si nada.
Al rato, lo mismo. Estabas ahí. Eras vos! Sentada en la cama, con tu camisa de jean, peinándote. No hacías otra cosa mas que peinarte, sentada bien derecha en la cama. Parecía que hablabas con alguien, pero por supuesto no puedo escuchar lo que decís. Por momentos me da intriga, pero tampoco muero por saber cuales son tus palabras. Se te vé contenta, feliz.
Te reís, lo sé porque te conozco como nadie.
Estás feliz. Estás feliz sin mi. Porque podes vivir sin mi, claro. Porque eso del amor eterno sabemos que es tocuén. El ser humano se acostumbra a lo que tiene y como alguna vez te acostumbraste a mi puede que hoy estés acostumbrada a otra cosa. Y me parece perfecto. Por algo las cosas pasan, no?
Que maravilla verte ahí, verte en ese momento. Quizás algún día, por esa misma ventana me viste a mi. Puede ser. Ojalá me hayas visto feliz, porque realmente lo estoy. Y no es por costumbre si no por elección. A lo único que me acostumbré fué a la soledad, y con ella conviví años. Hoy mi elección es esta y quiero mantenerla aunque a veces resulte difícil. 
Como sea, no puedo despegarme de la ventana. Será porque no tengo otra cosa que hacer. O porque me hace bien verte bien y estás sonriendo como nunca.
Pensándolo bien, debería cerrar la cortina y dejarte sonriendo. No sea cosa que de casualidad pase una paloma y justo mires para afuera y me veas, aca arriba, mirándote con ganas de morderte el cuello.
De repente, el ruido de las llaves en mi puerta hace que entre en pánico.
No solo es el ruido; también hay un olor que me resulta familiar.
Acabás de entrar, seria, con cara de cancherita, y yo no entiendo absolutamente nada.
Pero si hace 2 segundos estabas en la ventana del edificio de enfrente!
Cómo es que de repente estás acá conmigo?
Vuelvo a girar para buscarte en la ventana. Te encuentro en un milagro, abrazada a mi. O a alguien que se parece a mi. Que se parece mucho, incluso toda su ropa es igual a mi ropa.
Me estaré volviendo loco? Acaso esta ventana funcionará como un portal a un presente continuo en donde no hay futuro ni pasado.
Por qué en ese presente nos abrazamos y sonreímos?
Por qué te siento tan lejos estando en la misma habitación?
En fín. Ayer te ví. A lo lejos pero te ví. Y te ví feliz. Ojalá siempre lo estés.