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jueves, 23 de enero de 2014

Tango - Amor

Te quedan 5 semanas con una persona al lado. Se va de viaje y puede que no vuelva. Nunca jamás. Jamás.
Tenemos la típica reacción del gil: "te dejo ya mismo para no engancharme".
Engancharme? Que somos? Un alambre de púa? Porque no te haces coger por un bulldog francés?
No entendiste lo que escribí antes? Te quedan cinco semanas guacho! No te rescatás? No te das cuenta que en esas cinco semanas podes hacer millones de cosas? Pero claro, vos no te querés enganchar. Está bien, te entiendo. Seguro nunca comiste algo vencido. La comida se vence pero la podés comer un tiempito después, no te vas a morir. Y si te morís te cabió.
Y si te morís en estas cinco semanas te va a caber tambien, por pancho.
En estas 5 semanas podemos enamorarnos muchisimo y disfrutarlo.
Y que pasa después?
Después? Que importa del después? Toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado.
Tanto en el amor como en el Tango, existen precisas reglas de juego, en las que no es posible apartarse sin riesgo de incurrir en inautenticidad o desvirtuación de su definido e inconfundible carácter. Me fuí a la mierda, lo sé.
Acá la verdad de la milanesa es que el amor se vive y punto. Si te amo y te vas en cinco semanas no voy a llorar, voy a aguantar los trapos ese tiempo para hacer todo lo que quiera hacer con vos. Entonces cuando te vea irte voy a sonreir, no voy a llorar. Porque hicimos todo lo que quisimos. Podríamos haber hecho mas? Si, claro. Mucho mas. Podríamos habernos puesto de novios y meternos los cuernos, revolearnos platos, vasos, floreros. No me cabe.
Prefiero quedarme con el recuerdo de estas cinco semanas hermosas para siempre.

Las reglas del juego del Tango, mi amado Tango, "conforman una temática y una sensibilidad temperamental, inalienablemente propias del tango rioplatense. No se trata, claro está, de estrictos cánones convencionalmente establecidos.
Las letras encierran breves relatos versificados, preferentemente sentimentales, nostálgicos o evocativos, pero siempre estructurados originariamente para ser acoplados a la música del tango. Y para ningún otro género musical popular que no sea el tango. Porque inversamente, cuando a la música del tango se le pretende adaptar una composición poética standard, de esas que encajan indistintamente en cualquier género musical popular sin identificar a ninguno, nos encontramos lisa y llanamente, con que el pretendido tango deja de serlo. Y de ahí, pues, que siguen predominando con vigencia inalterable los clásicos repertorios poéticos del tango canción, que alcanzaron encumbrada celebridad entre los años veinte y los años cuarenta" *
Y las reglas de juego del Amor son similares: la sensibilidad propía de una persona atraída por otra y el deseo inmanejable de morderle el cuello; breves momentos que encierran futuras versificaciones de relatos sentimentales, siempre estructurados para que lo entiendan dos personas, las dos partes y nadie mas (Es por eso que no entiendo como la gente se dice gordi, gor, gordito, gorrrrdote, y esas cosas). Y esos relatos solo son posibles si hay amor, amor verdadero. Porque cuando le metemos condimentos extras, ese amor deja de existir, tal cual cuando a la música del tango se le pretende adaptar una composición poética standard y deja de serlo. Y de ahí es que siguen predominando con vigencia inalterable parejas llenas de hipocrecía y mentira y mierdas y soretes y caca.

Ante esto que planteo anteriormente, debo aceptar que son muy pocos los auténticos creadores dentro de la composición literaria del tango. Homero Exposito es uno de ellos y "Naranjo en Flor" es el claro ejemplo.
Alguna vez escuchaste Naranjo en Flor? Prestaste atención a esa letra? Por dios, me caigo de ojete.
Siguiendo la hermosa comparación Tango-Amor que acabo de hacer sin haber consumido ningún tipo de estupefacientes, tambien en el amor son muy pocos los que disfrutan con autenticidad de lo que les sucede.
Somos muy pocos.
Porque yo pienso disfrutarte hasta el último segundo en que te tenga.
Te quedan cinco semanas? Agarrá un papel y un lapiz y anotá todo lo que vamos a hacer juntos.
Mejor agarra dos papeles, porque la lista va a ser larga.

Que importa del después?
Eterna y vieja juventud que me ha dejado acobardado como un pajaro sin luz. Chan chan.




*Originalmente publicado en la revista "Tango y Lunfardo", Nº 74, Chivilcoy 12 de mayo de 1992.

martes, 14 de enero de 2014

Recuerdos.

Te estas bañando y se te aparece la cara de la maestra de cuarto grado. Estas en la fila del súper y la cajera te hizo acordar al día en que te enfiestaste con las de Carrefour. Viendo una película, la música te transporta a la secundaria. Olores que te hacen viajar a momentos inolvidables y olvidables. Así, pensando en una cosa se nos aparece otra. Siempre, por lo menos a mi me pasa y se que a los mil millones de lectores de esto, también les pasará. 
Hola, soy el Dani, ex peluquero canino, Tanguero y especialista en Carne. De carnicería, obvio.
Estoy en medio de mis vacaciones. Rarísimo en mi no saber que día es. Eso significa que las vacaciones fueron buenas, que fue una real desconexión. Y lo fueron, claro.
Hoy llegue a Mar del Plata, desde Bahía Blanca. Y mientras venía manejando en una ruta que no tengo idea cual es, se me apareció un recuerdo. Una imagen. Luz, color. Olor. Recordé el momento en que mi viejo me regalo una Mountain Bike, de esas que traían cinco mil cambios de velocidad (al pedo, obvió). Era chiquita, rodado 16 supongo. Verde y negra, tenía como truenitos. La marca era Zenith. Años después mi viejo compraría un televisor de la misma marca y yo no entendí nada. En fin. La cosa es que la ruta me trajo ese recuerdo y fue tan real que en ese instante pensé en escribirlo acá. Después seguí pensando en los recuerdos. En qué yo recuerdo muchas cosas todos los días, pero lo importante es que recuerdo a mucha gente. Muchísima. Gente que ni siquiera tengo de amigo en Facebook, pero que paso por mi vida en algún momento y fue importante. Me encanta recordar cuando me cambie de colegio, en 4to grado y lo primero que vi cuando entré al curso fueron los ojos de Melisa, mi primer enamoramiento. Tenía 9 años, o 10, pero ya estaba amando a alguien. Recuerdo hacer lo posible por sentarme cerca de ella, pedirle su microfibra prestada y miles de cosas más. Creo que recuerdo los diálogos de todas las veces que hablamos mejor que los diálogos de Toy Story. Lo que me resulta increíble es pensar en alguien que seguramente no piense en vos. Apuesto tres dedos del pie a que Melisa no piensa en mi. Pero te apuesto los dedos restantes a que en el planeta hay alguien que seguramente este pensando en mi y yo ni enterado. Eso me parece fabuloso. Me encantaría saberlo, sería genial que alguien me diga "guachin, sabes que a veces pienso en vos". Me muero si pasa. Pero bueno, rescatémonos. Que onda, nadie se rescata acá? 
Al acordarme de mi bici me acorde también de todas las cosas que me acuerdo día a día. De Melisa, de mirar Alf cuando era niño y volverme loco, de llegar a mi casa y ver a mi abuela cada día, del dentista que quedaba en pavon, enfrente de mister tatos, de mis perros, de mi Ferchu, que aunque no me pertenezca voy a recordarla como "mi Ferchu" por toda la eternidad eterna, de mi suegro (ex) que lo tengo muy presente siempre, de los chocolates de los Simpson que venían con figurita, que se yo. Millones de cosas que recuerdo todos los días de mi vida. Porque será que recordamos algunas cosas y otras no? Porqué sólo aparecen recuerdos de unas pocas personas y no aparece nada de otras? Misterio guacho. Rescatate.
Hay distintas formas de recordar. Una que me gusta mucho es cuando recordas la voz de alguien. Como mierda puede ser que cierre los ojos y escuche una voz? Eso es increíble, es más difícil de entender que las fracciones. Magia, no se. O cuando cerras los ojos y ves cosas, caras, momentos, calles, casas, no se. Magia pura. 
Aguante recordar guacho. Somos todo lo que fuimos. Y vamos a ser lo que hoy somos. Por eso yo no olvido nada. Porque el dia que olvide, desaparezco. Porque sin mis recuerdos no soy yo. Y no me vengan con que hay que mirar para adelante y todas esas giladas porque la re pudro guacho. Yo miro para adelante gil de cuarta, pero si no miro antes para atrás siento que estoy perdido. 
Listo, basta de gilada. Hablando de recordar, deje la birra en el freezer. Me voy antes de que explote.