Vistas de página en total

martes, 14 de enero de 2014

Recuerdos.

Te estas bañando y se te aparece la cara de la maestra de cuarto grado. Estas en la fila del súper y la cajera te hizo acordar al día en que te enfiestaste con las de Carrefour. Viendo una película, la música te transporta a la secundaria. Olores que te hacen viajar a momentos inolvidables y olvidables. Así, pensando en una cosa se nos aparece otra. Siempre, por lo menos a mi me pasa y se que a los mil millones de lectores de esto, también les pasará. 
Hola, soy el Dani, ex peluquero canino, Tanguero y especialista en Carne. De carnicería, obvio.
Estoy en medio de mis vacaciones. Rarísimo en mi no saber que día es. Eso significa que las vacaciones fueron buenas, que fue una real desconexión. Y lo fueron, claro.
Hoy llegue a Mar del Plata, desde Bahía Blanca. Y mientras venía manejando en una ruta que no tengo idea cual es, se me apareció un recuerdo. Una imagen. Luz, color. Olor. Recordé el momento en que mi viejo me regalo una Mountain Bike, de esas que traían cinco mil cambios de velocidad (al pedo, obvió). Era chiquita, rodado 16 supongo. Verde y negra, tenía como truenitos. La marca era Zenith. Años después mi viejo compraría un televisor de la misma marca y yo no entendí nada. En fin. La cosa es que la ruta me trajo ese recuerdo y fue tan real que en ese instante pensé en escribirlo acá. Después seguí pensando en los recuerdos. En qué yo recuerdo muchas cosas todos los días, pero lo importante es que recuerdo a mucha gente. Muchísima. Gente que ni siquiera tengo de amigo en Facebook, pero que paso por mi vida en algún momento y fue importante. Me encanta recordar cuando me cambie de colegio, en 4to grado y lo primero que vi cuando entré al curso fueron los ojos de Melisa, mi primer enamoramiento. Tenía 9 años, o 10, pero ya estaba amando a alguien. Recuerdo hacer lo posible por sentarme cerca de ella, pedirle su microfibra prestada y miles de cosas más. Creo que recuerdo los diálogos de todas las veces que hablamos mejor que los diálogos de Toy Story. Lo que me resulta increíble es pensar en alguien que seguramente no piense en vos. Apuesto tres dedos del pie a que Melisa no piensa en mi. Pero te apuesto los dedos restantes a que en el planeta hay alguien que seguramente este pensando en mi y yo ni enterado. Eso me parece fabuloso. Me encantaría saberlo, sería genial que alguien me diga "guachin, sabes que a veces pienso en vos". Me muero si pasa. Pero bueno, rescatémonos. Que onda, nadie se rescata acá? 
Al acordarme de mi bici me acorde también de todas las cosas que me acuerdo día a día. De Melisa, de mirar Alf cuando era niño y volverme loco, de llegar a mi casa y ver a mi abuela cada día, del dentista que quedaba en pavon, enfrente de mister tatos, de mis perros, de mi Ferchu, que aunque no me pertenezca voy a recordarla como "mi Ferchu" por toda la eternidad eterna, de mi suegro (ex) que lo tengo muy presente siempre, de los chocolates de los Simpson que venían con figurita, que se yo. Millones de cosas que recuerdo todos los días de mi vida. Porque será que recordamos algunas cosas y otras no? Porqué sólo aparecen recuerdos de unas pocas personas y no aparece nada de otras? Misterio guacho. Rescatate.
Hay distintas formas de recordar. Una que me gusta mucho es cuando recordas la voz de alguien. Como mierda puede ser que cierre los ojos y escuche una voz? Eso es increíble, es más difícil de entender que las fracciones. Magia, no se. O cuando cerras los ojos y ves cosas, caras, momentos, calles, casas, no se. Magia pura. 
Aguante recordar guacho. Somos todo lo que fuimos. Y vamos a ser lo que hoy somos. Por eso yo no olvido nada. Porque el dia que olvide, desaparezco. Porque sin mis recuerdos no soy yo. Y no me vengan con que hay que mirar para adelante y todas esas giladas porque la re pudro guacho. Yo miro para adelante gil de cuarta, pero si no miro antes para atrás siento que estoy perdido. 
Listo, basta de gilada. Hablando de recordar, deje la birra en el freezer. Me voy antes de que explote. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario