Vistas de página en total

sábado, 15 de febrero de 2014

Saturday night forever.

Lomas de Zamora. Sábado. 22:04 hs.
Flotan dos piezas de hielo en mi cuarto vaso de Ron con Coca Cola. En cada trago que le doy pienso en dos cosas. La primera, que rico es el Ron. La segunda, que fea es la Pepsi guacho.
Aquí me encuentro de fiesta, pasando un momento maravilloso, realmente. Del Winco sale la voz de Floreal Ruiz y me hace cosquillas en la concha. Si tuviera concha creo que el Tango le haría cosquillas.
Si estuviese acá el tío Pelado diría "esa es la orquesta de Troilo". Pero no está, asi que el que lo dice soy yo que, después de 27 años de que el tío Pelado me habla de la orquesta de Troilo, ya puedo distinguirla a la perfección.
Desde que desperté que supe que hoy tendría ganas de cocinar. Mucho. Así que me rescaté y decidí que esta sea una noche de muchachos, truco, cuentos y eructos, por lo que invité a mis mas allegados hermanos para agasajarlos con mi hospitalidad, mi comida y mi bebida.
Por un motivo u otro, la mayoría de los muchachos no pudo asistir. Uno se iba con la novia, a otro le duele la cabeza y unos pares decidieron que pedir pizza sería un gran plan.
Mi corazón inundado de decepción ni siquiera se molestó por los no asistentes: "Todo bien guacho, nos vemos en estos días igual". Y es la posta. No puedo molestarme porque un puñado de vagos no pueda participar de algo de lo que yo tengo ganas desde que me levanté. Quizas ellos tengan ganas de otra cosa. Y me parece perfecto.
Pero, terco, decidí que tenía que hacer lo que me haga mas feliz. Así que la comida se hizo igual.
Se cortaron los champignones, se saltearon de una manera increíble hasta quedar nadando en la mejor salsa de champignones de la historia. He dicho.
Qué onda? Porque nadie puede venir yo voy a dejar de hacer lo que quiero hacer?
Nadie se rescata acá?
El menú es papas bravas y zanahorias con salsa de champignones.
Si, faltaría un pedazo de carne. Lo sé. Perotengo gana de disfrutar de esto.
Mientras cocino pienso en organizar todos los Martes una comida para 8 personas en mi casa, todos en la misma mesa aunque no se conozcan, con reserva previa, tal como hace mi amigo hermano Alex en el porteño barrio de San Telmo. Alex es increíble. Es la persona mas talentosa que conozco. Mi admiración y fidelidad a él son tan grandes como para no enojarme por su chota actitud frente a seguir haciendo música juntos. Pase lo que pase el es mi amigo y eso es lo mas importante de la vida, la amistad guacho.
Que onda este chabón cocinandose para el un sabado a la noche? Pobre pibe.
Si, me gustaría mientras cocino escuchar las voces de los muchachos, pero no pudieron venir.
Te digo algo, se re puede ser feliz solo eh. Yo lo soy. Estoy acá, tranqui, buena música, buen olor, todo re rico.
Esta bueno pensar. Parar la cabeza un poco y pensar. Pensar en todos.
Y que mejor que acompañar ese pensamiento con una buena comida. "Que mejor?". Caradura. Millones de cosas mejores., claro.
Ojalá estuviese en este momento en una quinta, en cuero con el short del Rojo, asando un vacío entero, de 4,350 kilos para todos los muchachos y que en un rato caiga Liz Solari con todas sus amigas modelos, como en la propaganda.
Pero eso no va a suceder.
Ojalá también estuviese en casa con mi mujer, durmiendo a los nenes después de un día hermoso al aire libre.
Pero eso no va a suceder.
Ojalá muchas cosas. Mucha gente. Muchos momentos. Mucho todo.
Pero el ojalá no existe, es tan lejano como aquel sueño en que le acabamos en la cara a Débora Perez Volpin, la potra del noticiero del trece.
Está re bien pensar en que ojalá nos sucedan cosas, pero esta re bien saber que algunas no suceden y que igual pueden pasar otras cosas lindas.
Hoy voy a cenar este manjar que hice yo mismo y voy a ser feliz, porque aunque los muchachos no vinieron, ni ninguna cachorra, estoy yo. Estoy pensando en vos. Y en tu prima. Y en el amigo del primo del kiosquero del barrio de la tía de Pedro, el padre de la nenita que sale en la propaganda de la concha de tu madre.

Me rescato. Esto no tiene ningún sentido, pero escribirlo era parte de la felicidad de este sábado en soledad y comida.
Te amo.




1 comentario: