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lunes, 10 de febrero de 2014

Mundos opuestos y te amo.

Lo mas dificil de las relaciones humanas son las relaciones humanas. Es difícil entender que no todos piensan como vos, sienten como vos o comen como vos.
Por ejemplo, me parece totalmente absurdo que una persona no coma carne. No se si absurdo, pero difícil de creer. Nunca un churrasco mamita? Unos chinchu bien crocantes tampoco? Posta sos feliz? Entiendo que también hay gente a la que le parece absurdo que todos los Domingos yo vaya a la cancha a ver once tipos corriendo tras una cosa redonda de cuero con el objetivo de meterla en un cuadradito de fierros con una red atrás.
Pensándolo así, banco a la gente que no come carne, porque al fin y al cabo no están haciéndonos nada malo a ninguno de los carnívoros devoradores de asados, asesinos de tenedores libre de los que formo parte. Tambien banco a los que son hincha de otro equipo, a los que veranean en Gesell, a los que se levantan de mal humor y a los que usan remeras con frases en italiano. Bueno, no tanto a estos últimos.
Entonces, a pesar de que a veces sea difícil entender costumbres ajenas muy distintas a las nuestras, es evidente que existe gente que es diferente, incluso a veces muy cercana. Y eso esta barbaro, mejor que asi sea! Me imagino un mundo con todos Dani (yo, soy Dani, hola): todos hinchas del Rojo, todos de rulos, olor a pedo por todos lados, un asco.
Teniendo en cuenta estas diferencias, no entiendo como nos la pasamos inventando concidencias a la hora de conocer a alguien cuando lo mas maravilloso que existe en la vida, después del mantecol bañado en chocolate es conocer a alguién completamente diferente!
Una vez en un bondi una chica me habló. Me preguntó si el colectivo pasaba por tal calle. Yo respondí que no lo sabía porque el verano me estaba afectando a las neuronas pero me dió pié para seguir hablando. Y en ese viaje largo que yo emprendía desde Constitución a Villa del Parque para ir a cortarle el pelo a los perros (un gran trabajo que tuve) hablé con esta chica, quién me pasó el número de telefono de su casa! Si leiste bien guacho, DE SU CASA!!!
O sea que me la levanté. Pero nunca llamé a su casa. No fué porque me daba miedo que atienda el padre. Tampoco fué por la lechuguita que tenía entre el lateral y la paleta.
Fué porque me di cuenta de que la mina se estaba esforzando mucho por coincidir con todo lo que yo le decía.
Si a mi me gustaba el tango, a ella le gustaba el tango. Si yo miraba la novela de Suar, ella también lo hacía. Y así todo.
Que onda con tener cosas en común? No te das cuenta de que si sos igual a mi, me sale muchísimo mas barato casarme conmigo mismo y listo? Pero no. Nadie se rescata viejo.
Si, obvio que está bueno gustar de alguién y tener algunas cosas en común. Pero a mi me chupa un huevo que mi mujer sea hincha de Ferro o del Rojo como yo. Es su vida. Es su cuerpo. Es su mente. Es su historia.
Un amigo hace poco contaba orgulloso que su novia jugaba a la play. Ok. No voy a decir nada al respecto. Solo que yo prefiero una novia que haga cosas de nena, o de novia. Para eso me pongo de novio con el Pollo, un amigazo que juega a la play tan mal como yo, que jugué cuatro veces en mi vida.
Y así todo. Ojo, yo también alguna vez he buscado coincidencias. Pero por suerte al rato me di cuenta de que era un pelotudo.
Y sigo siendo un pelotudo, pero que trato de no coincidir. Si pinta la coincidencia, joya. Pero no la vamos a forzar, a ver si nos cagamos encima el calzón.
Quizas me case con una antropóloga, que ademas de antropóloga sea tarotista y que ademas de eso cocine muy mal.
Si, opuesto totalmente a mi. Que no se lo que significa ser antropóloga, que me da miedo que me tiren las cartas y que cocino tan bien como una abuela.
Yo apuesto a ese amor. Al de dos mundos distintos.
Quizás tengamos hijos con cola de chancho. Pero bueno, muy lindos tampoco creo que me salgan.

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