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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Esperate.

En estos días viví muchas situaciones de "espera".
Algún quinelero dirá que tengo que jugarle a tal número porque significa reloj, tiempo perdido, semaforo, o lo que se les ocurra, porque a los quineleros siempre se les ocurre algo viste?
Me encantan ellos/as. Tienen números para todo!
Te cagó una paloma? Jugale al 71!
Te tranzaste una menor de edad en un boliche en donde todos toman new age y usan zapatillas gola? Jugale al 15!
Te metieron caño y te chorearon la bici? Jugale al 07!
Pegaste un point de flores afganas de la muerte? El 81, campeón!
Y así. Banco mucho a los quineleros sin ser uno de ellos, claro. Me encanta apostar, pero lo mío es otra cosa. Prefiero caballos, naipes o ruleta.
Buen, estaba hablando de la espera y me fuí por las ramas y te dejé esperando. Que sorete, no me rescato.
El tema es así. Hay pocas cosas que me ponen nervioso, o me alteran la mente. Pocas cosas legales, obvio. Una de ellas es esperar. Pensé que era un tema mío, por eso nunca dije nada. Hasta me parecía lógico que algo me tenga que poner nervioso, no puede ser que no me haga problema por cosas como sms que no se envían o cuadras de filas de cine, como todos (los odio, se ponen nerviosos por todo, giles).
Se me aparece la imagen de Pablo, uno de mis hermanos. La persona mas pancha del planeta. Viste cuando llamás a alguien que estás a cinco cuadras, como para que vaya saliendo? El chabón nunca sale! Cuando lo hace lo cago a puteadas y le prometo que nunca mas lo voy a pasar a buscar por ningún lado, promesa similar al famoso "te juro que no escabio mas" despues de vomitar sangría y vodka.
El Martes llego al trabajo y una amiga me cuenta de una situación que vivió el fin de semana largo esperando un remís. Viste que cuando llamás un remís con anticipación, dando indicaciones acerca del momento exacto de la humanidad en que tiene que llegar a la puerta de tu casa, te mentalizas tanto en que no va a llegar, que al final no llega!
Hoy Miercoles mi primo regresaba al país con su mujer embarazada y, ya que trabajo en el aeropuerto, fuí a darle la bienvenida. El avión llegó una hora demorado, por lo que a cada rato me acercaba a mirar la pantallita para ver si aterrizaba o no. Estabamos todos eperando el aterrizaje, claro. Después de que el avión toque suelo argentino, esperar a que bajen, agarren sus maletas, hagan los papeleríos y aparezcan. En la espera, que fué de una hora y media debido a que traian consigo dos gatos y eso implica otro trámite, con mi tía y mi tío llegamos a pensar miles de cosas. Yo como siempre, con el objetivo de hacer reir a la gente, porque esa es mi función en este mundo; mis tíos ya nerviosos se imaginaban que iba a entrar una camilla a sacar a su nuera embarazada desmayada, con media cabeza de bebe afuera de la cajeta.
Y no, era una simple espera, tan simple como todas las esperas de nuestra vida.

Entonces me puse a pensar en la espera, en que vivimos esperando cosas, en que nuestras acciones cotidianas estan llenísimas de esperas! Ah no? Rescatate y prestame atención...
Te cuento mi día: Suena la alarma 6:20. Me levanto, me preparo y salgo a ESPERAR la combi. Me subo a la combi y me duermo, ESPERANDO llegar al trabajo. Una vez que llega, me bajo y ESPERO un micro que nos lleva desde la puerta del aeropuerto hasta mi lugar de trabajo. Llego a mi oficina, me cambio y voy a desayunar. Hago la fila para servirme (eso es otra ESPERA). Termino de desaynar, empiezo a trabajar. Durante la jornada, ESPERO llamadas, mails, gente. A eso de las 16 hs, ESPERAMOS que se hagan las 16:50 para irnos.
Irnos al fichero, en donde ESPERAMOS 3 ó 4 minutos para fichar a las 17 hs y subirnos al micro, que nos lleva a la salida a ESPERAR la combi de vuelta. Me duermo mientras ESPERO que llegue a Colombres y Piaggio. Me bajo, paso por la verduleria, casi siempre a esa hora llena de gente, por lo que ESPERO que me atiendan. Llego a casa. Eligo la música de fondo para lavar la verdura. A veces puedo ESPERAR a que hiervan los brócolis, por ejemplo. A la noche ESPERO a que lleguen los invitados a la cena, por lo general todos los días hay invitados. Y así guacho, me re hinche los huevos de esto.
Entre todas esas esperas, sumale semáforos, esperar a que se caliente el agua de la ducha, esperar que se desocupe el baño, esperar algún llamado, esperar turno en la caja de los chinos, esperar que empiece algún programa de tv o radio, esperar, esperar y esperar.
A estas esperas las llamo esperas "físicas", por razones que creo obvias, pero si no lo entendés, vas a un teléfono público, ponés una moneda de 25, me llamás (esperas a que te atienda, obvio ) y te explico.
Las intenté enumerar para entender que son muchas. Te parecen muchas? Lo son, claro, pero no significan mas que el 30 % de las esperas diarias de una persona como yo y como vos, porque ademas de las físicas, nosotros manejamos otro tipo de esperas, las que en la Universidad Nacional de Dani, allá por el año 1456, decidí llamar esperas "abstractas".
Las esperas abstractas son, para este humilde diariero, aquellas cosas que esperamos de la vida mientras estamos haciendo otras cosas, inclusive mientras estamos en esperas físicas. Ejemplo, esperando a que cambie el semáforo (espera física) estamos esperando recibir alguna noticia importante, o para nosotros importante (espera abstracta).
Yo me paso el día esperando cosas abstractas. Espero hacer bien mi trabajo, espero no haber sido irrespetuoso, espero quererte, espero que me quieras, espero que estés pensando en mi, espero haberte gustado o interesado, espero que mi familia este bien, espero que mis plantas esten vivas, espero señales de cosas que espero (?).
Esperar, esperar, y esperar.
Y esperando cada día cosas nuevas, tiene mas sentido la vida. Espero sorprenderte cada vez que me veas, así no te aburrís y no me aburro. Nunca se hinchen los huevos de esperar, como yo me los hincho con mi hermano. Que la espera no los desespere porque es parte de todo esto.

Lo único que no puedo esperar es que hayas leído todo esto.
Un embole, ya se, no esperaba menos.

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